Sus primeros pasos en Galicia los dio en el 2005 como comandante al frente del servicio de Información, con el que la Guardia Civil se fajó en la lucha contra el terrorismo independentista de Resistencia Galega y el nacional. Fueron años duros, con artefactos explosivos en cajeros, empresas e infraestructuras. De aquella etapa, Francisco Javier Molano (Cáceres, 1968), casado y con dos hijos, recuerda el compromiso de los agentes a su cargo. «No había horarios. Era una dedicación total». Hubo muchas madrugadas de sobresaltos y el trabajo requería mucho tiempo de investigación y análisis de información. Su ascenso a teniente coronel lo llevó a un cometido completamente distinto en la Agrupación de Tráfico, primero en Castilla y León, y desde el 2014 en Galicia. Aunque Molano sostiene que no hay diferencias: «Es importante entender que el esfuerzo de un guardia civil solo tiene un objetivo, que es servir al ciudadano, sea desde la carretera o desde la lucha antiterrorista».
En su paso por Tráfico apostó por la seguridad vial aplicando técnicas novedosas en la vigilancia de las carreteras. Bajo su mando se reforzaron los seguimientos a los infractores reincidentes y la lucha contra el consumo de alcohol y las drogas en la conducción. Con esas premisas, el entonces teniente coronel Molano patrulló muchas madrugadas con sus agentes en las carreteras gallegas. Desde Galicia lanzó propuestas para luchar contra el uso del móvil al volante con la vigilancia de esas infracciones desde camiones y furgonetas.
Ahora está al frente de la Unidad de Acción Rural (UAR), el grupo de élite de la Guardia Civil en la lucha contra el terrorismo internacional y contra la delincuencia organizada. De esa unidad, con base en Logroño, depende el GAR, grupo significado en la lucha contra ETA y que lideraba hasta su muerte por covid el gallego Jesús Gayoso. En la misma unidad se encuentra el Centro de Adiestramientos Especiales de la Guardia Civil, donde se preparan los agentes especializados en acciones de alto riesgo. Tiene a su cargo a 550 guardias civiles, a los que trata de impregnarles el mismo compromiso de servicio al ciudadano que él adquirió cuando empezaba su carrera en el GAR. De alguna manera, el coronel ha vuelto a sus orígenes. «El GAR deja huella», confiesa Molano, que recuerda los años de lucha antiterrorista en el País Vasco. Explica que allí aprendió la importancia de «darlo todo» y dedicar el sacrificio personal y familiar a proteger a los ciudadanos, sean quienes sean. «Es el compromiso con las personas, sin conocerlas, sin importar quiénes son, y muchas veces sin que ellas mismas sepan que están siendo protegidas. Ese es el servicio al ciudadano», concluye el coronel Molano.
Fui
Jefe del servicio de Información y del Sector de Tráfico de Galicia
Soy
Coronel jefe de la UAR, la unidad de élite en la que se encuentra el GAR
Fuente : La Voz de Galicia